Una palabra de uso tan cotidiano para nosotros como lo es "rosa" procede directamente del latín sin alterar de forma ninguna su forma de escritura ni su significado.
Su anterior nombre era rodia (ródja) también perteneciente a el latín, pero como la gran mayoría de las cosas de los romanos esta palabra fue tomada del griego antiguo "ρόδον" (RhÓDON).
